Cambia el sabor
de los hechos, podremos
hacer las mismas cosas
sin embargo éstas ya
no hacernos a nosotros.
Mes: febrero 2022
:
¿Unos minutos qué son? Pero todo había pasado: la noche, el frío, la pasión y la lluvia.
:
Rompe el sueño
todo plano y heme
ahí besándote.
:
Impacientes en
casa, los fantasmas se
asoman por la
ventana, esperando
verme llegar de vuelta;
son como perros
que ansían que su tutor
vuelva con algo
de comida, solo que
yo les traigo recuerdos.
:
Le sonrío al
espejo imaginando
que tú estarás
mirando al otro lado
y no sólo el reflejo.
:
Vierto sobre tus
senos todo anhelo
entre mi boca.
:
Has estado en mi cama más tiempo del que imaginas.
:
Cabes de cuerpo
completo en mis manos
si lo deseas.
:
Cerraremos la
puerta y nos perderemos
detrás de ella.
:
Si no te veo más
quiero que sepas
que nunca he sentido
a nadie como a vos
esta noche.
:
Tú me dices «ven»
y yo quiero escapar
hasta tus brazos.
K. to A.
Me gusta imaginarte estirando los brazos en la cama, justo un segundo antes de abrir los ojos para empezar el día.
Me gusta imaginarte abriendo el armario, pensar cuál de todas tus estupendas playeras, con pantalón azul claro usarás hoy.
Haciendo tu gesto de desagrado, al descubrir que hay pollo para comer.
Sosteniendo el tenedor cabizbajo, a tientas hidratarte y terminar con un irónico ademán religioso, antes de levantarte (educadamente) de tu silla.
Sonrío cuando pienso en ti, sentado al borde del sillón, moviendo psicóticamente rápido la pierna. Y mordiéndote los marcos de las uñas.
Me gusta imaginar que recuerdas mi nombre, una o dos veces al día, y olvidas lo que estabas haciendo.
Tu lento caminar de una entrada a otra para introducir tranquilamente la segunda llave.
El sonido de tu garganta al beber agua a media tarde.
Dialogando con tu madre. Haciéndote el té.
Levantándote a abrir la puerta.
Me gusta imaginarte estirando las piernas para ponerte la pijama.
Imagino que sueñas conmigo.
El sonido del aire que aspiras con los ojos cerrados.
Me gusta imaginar que estuve contigo a cada momento del día.
:
El de su cuerpo, mi sabor favorito.
:
Lluvia caerá
tanto del cielo como
de nuestros cuerpos.
:
Guardada en mi
mente, viajo yo con su
fotografía.
:
Bajo la ropa
o aun bajo la piel
puedo sentirte.
:
Esta noche te
llamo, me sobran letras
y me faltas tú.
:
Sus manos entre
mi cabello arrullan
mis malestares.
:
Dolerá mucho, pero no hay dolores eternos. En cuanto más rápido lo decidas más rápido termina.
:
Su placer no era puramente sexual, y en cuanto a esto podría aventurarse que casi sufría. Su placer era más hondo, más lóbrego, más grave: el placer de la carne no era sino un triste y angosto camino en aquel sinfín de caminos hacia el verdadero caos que nunca llega.
:
Los días pasan
más no la esperanza
de poder verte.
:
Se llama Lilian y apenas la recuerdo. Se le formaban hoyuelos cuando sonreía, creo.
Tenía el cabello castaño, la barbilla partida, la nariz un poco respingada y los labios pequeños, estoy 50 por ciento seguro de ello.
A través de la piel blanca y suave de sus manos se alcanzaban a ver sus venas, casi podría jurarlo.
Hace 13 años la vi por última vez (lo cual es injusto para la memoria de alguien que apenas recuerda lo que hizo ayer) en esa ocasión ella me abrazó y se despidió para siempre. Desde entonces lo único que tengo de ella es ese abrazo y su recuerdo que se confunde con imágenes de un sueño que un día tuve. En el sueño viajaba yo en un tren no sé a dónde y de pronto alguien tocaba mi hombro y yo volteaba y ahí estaba Lilian, con su sonrisa pequeña y su piel blanca, llevaba un gorro de invierno, bufanda y un abrigo; me miró por unos segundos y dijo mi nombre, entonces desperté con la extraña sensación de que algo me faltaba.
No sé dónde está ni lo que estará haciendo, no sé si la volveré a ver.
Se llama Lilian y estoy casi seguro de que existió.
:
Cuando callas me
encuentras escondido
bajo tu lengua.
:
Pienso en su cuerpo
y al recorrerlo yo
me estremezco.
:
Quiero confesar
cuánto te deseo justo
ahora, mujer.
:
Comprender la realidad consiste en extraer la inteligibilidad que contiene y en no aplicarle un método inventado a priori.
:
Cada uno de
tus placeres dale a
mi carne probar.
:
Es tu peso sobre mi cuerpo
la única constancia de que existe algo
más allá de este vacío.