Vas a estar bien, nadie se ha muerto por amor. Bueno, al menos nadie ha vivido para contarlo…
Mes: enero 2023
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Miraba la noche como el sol al día y podía presentir el pálpito del silencio en una nota de piano adormecida. Ya respiraba anulado en el seno del vacío, mas no olvidaba la sinfonía de su corazón entumecido. Se había enamorado de la oscuridad con el afán de un niño que gateaba hacia la libertad, pero no dejaba de extrañar el sosiego que le ofrendó la soledad y su frialdad. Pude verlo así, con el semblante ataviado de nada, y comprendí que era tan parecido a él que no pude ya despegarle la mirada.
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Otra vez domingo
las horas llanas
chorrean nostalgia
El frío de la mañana
y el hervidero
en las entrañas
Lo no encontrado
y lo atrás dejado
en espera coexisten
Aun sin hablar
te voy nombrando
entre suspiros.
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Shhhhh….
No preguntes que por qué te quiero…
Porque yo no sabría explicar
El viento en tu cabello,
El ritmo de tus piernas,
El tierno lenguaje de tu tacto,
El cielo en tu mirada,
El universo en tu sonrisa,
La cálida guarida de tu pecho,
O el dulce jazz de tu voz
Cuando dices mi nombre…
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“¡Cómo no voy a ser un Lobo Estepario, un ermitaño desgreñado, si estoy hundido en este mundo cuyas metas no comparto, cuyas alegrías no me atraen. No soporto mucho tiempo en un teatro ni en un cine, apenas puedo leer un diario, pocas veces miro un libro moderno: no puedo entender cuál es la diversión y la felicidad que los hombres buscan en trenes y hoteles repletos, en cafés llenos de gente con música fuerte y sofocante, en los bares y varietés de las elegantes ciudades de lujo, en las exposiciones mundiales, en los corsos, en las conferencias para los sedientos de cultura, en los grandes campos de deporte. No puedo entender ni compartir esas alegrías que estarían al alcance de mis manos y por las que hay miles que se esfuerzan y se amontonan. Y aquello que, por el contrario, sucede durante mis escasas horas de felicidad, lo que para mí representa placer, aventura, éxtasis y enaltecimiento, es algo que el mundo a lo sumo conoce, busca y ama en la poesía, pero que en la vida le parece una locura. Y de hecho, si el mundo tiene razón, si la música en los cafés, si los entretenimientos de masas, si esas personas americanas con tan pocas pretensiones tienen razón, entonces yo estoy equivocado, estoy loco. Entonces en serio soy el Lobo Estepario, tal como me describí varias veces: el animal perdido en un mundo ajeno e incomprensible que ya no es capaz de encontrar su hogar, su aire, su alimento.”
El Lobo Estepario, Hermann Hesse.
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Te acostumbras a estar solo, a ser independiente, a veces a cargarte el mundo entero y navegar soñando, errar como un vagabundo, caminar por las calles, leer durante la noche mucha literatura virgen aún no escrita, ver las estrellas y las nubes, sentir la humedad en los huesos, el frío cubriéndote de amor, las canciones, ver a todos pasar y que nada te pase a ti y esperas que pronto acabe, que te lleven a un museo o te recoja la muerte, porque tu silencio es una invitación.
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No creo en lo que digan o hagan las personas, sino en lo que el transcurso del tiempo devela en ellas.
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Las muertes del ego, tan dolorosas, tan necesarias, aceptar para dejar ir tu antigua sombra con sus hábitos, sus deseos, sus afecciones, volver a empezar de cero, muriendo una noche… dos, tres, soportando la congoja, las ganas de llorar.
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Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible.
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Oh, no te imaginas la verga que me vale.
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Las ganas atrapan la insistencia, entonces hacen que la acción por ti sea certera, por eso la solicitud es que vengas y me arropes con tus piernas, además de los besos que puedan encender la mecha, que espero y solo así este único sentimiento tu poder entenderlo, para que vivamos juntos este amor que sin dudas es cierto, apiádate de esta alma que vibra y se ilumina al ver tu mirada y tocando el viento, así como el sol cada día nos da esa luz profunda para crear amor y vida en este mundo pasajero.
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Tocarte y saber que estás allí a altas horas de la madrugada.
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Quiero que tu silueta en la noche forme el eclipse de luna perfecto.
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Otra vez domingo
las horas llanas
chorrean nostalgia
El frío de la mañana
y el hervidero
en las entrañas
Lo no encontrado
y lo atrás dejado
en espera coexisten
Aun sin hablar
te voy nombrando
entre suspiros.
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Tanto temer el final para que terminara en un adiós no pronunciado.
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Vaga mi voz, repitiendo tu nombre sin respuesta.
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Un mar encuentro
en tu piel; navegando
voy a tus costas.
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¡Dónde habré de
encontrar la luz sino
en tu mirada!
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Te inventaré una ciudad de casas azules donde siempre serás nombrada con el nombre que inventé para ti.
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Que mi risa te acompañe y se quede en tus adentros mi manera de existir.
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No hay paso que
yo dé sin que tu sombra
me acompañe.
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He puesto en tu
boca más que palabras
ahondándola,
al roce de saliva,
con carne y sustancia.
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Nómbrame, que mi nombre es más mío en tu boca que en la mía.
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Te escribo para decirte
que no quiero decirte nada
que sólo quiero abrazarte,
buscar el calor de tu vida.
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Que viaje tan delirante se hace esto de vivir; te acostumbras brevemente a quedarte y después a partir, intentas acostumbrarte a un tren en el que posteriormente te obligan a bajarte y no te dejan volver a subir.
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Te pruebo y mi
lengua de tu líbido
chorreando va.
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Cavidad en ti
no habrá en la cual mi
carne no hunda.
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¿Sabes? Amo la dulce paciencia de tu corazón, la bella armonía de tus maneras y la calidez de tu alma que siempre puede verme… aun si nadie más lo hace.
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Tan desoladas
mis palabras, un puente
que nadie cruza.
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Hubo noches en que fuiste llovizna y golpeabas con tus gotas mi ventana, de a poco como tictacs de un pequeño reloj que arrullan hasta que uno se duerme. Pero hubo otras en que fuiste lluvia, de esas que empapan, de esas que se vuelven tormenta, de esas que terminan en naufragio.
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Sólo podemos llevarnos a la tumba la satisfacción de haber hecho lo mejor.